La nueva era del Big Data

La nueva era del Big Data

Es curioso lo que pasa con la tecnología, y todo lo que gira alrededor de ella. Hablamos en los últimos años del Big Data como algo nuevo, algo que ha irrumpido severamente como herramienta fundamental, en la nueva forma de hacer negocios, especialmente en el e-business.

Es lo que pasa cuando algo se populariza o se democratiza, lo cierto es que es un término, que ya tiene unos cuantos años, no pocos, que se populariza en los años noventa de la mano de John Mashley y su artículo Big Data and the Next Wave of Infrastress. Al final, personalmente creo que es un tema de concienciación, es decir, cogemos conciencia de lo que estamos haciendo al recopilar datos desde distintas fuentes, de la generación de valor que supone su estructuración, y como a través del estudio de dichos datos, somos capaces de obtener conocimiento.

Dos, han sido las causas principales de la irrupción en los últimos años del Big Data en la nueva forma de hacer negocio de las empresas:

  • Poder obtener datos desde un mayor número de fuentes, permitiéndonos estructurarlos, contrastarlos, y por tanto, identificar patrones para su análisis y estudio. Viene determinado por un cambio social (generación mobile), donde cambia la forma de relacionarnos a todos los niveles. Pero también por la apliación de las nuevas TICs en las empresas, conscientes de lo que son capaces de aportar en ellas, a nivel de eficiencia, pero también, como respuesta al cambio social del que hablamos antes.
  • Cambio social generado, básicamente por la aparición en este orden, de: internet, redes sociales, móviles inteligentes, que han cambiado absolutamente la forma en la que nos comunicamos y nos relacionamos.

Sin embargo, como pasa con cualquier otro proceso, que tiene como principal soporte la integración de tecnología en las empresas, éstas se muestran totalmente desorientadas. El problema fundamental para ellas es:

  • Falta de costumbre, en el uso de metodologías ágiles, para la gestión de la nueva herramienta, evitando errores comunes y recurrentes, que finalmente tienen como resultado, proyectos sobredimensionados, que resultan poco eficientes.
  • Falta de personal con las habilidades y conocimientos, que resuelvan la adaptación de las empresas al uso de estas nuevas herramientas.
  • Adaptar en consecuencia de la tecnología adoptada, y no aplicar la tecnología en consecuencia de nuestras necesidades.
  • Acumular datos, sin previamente realizar una selección de aquellos, que deberán resultar útiles.
  • No analizar los datos convenientemente.
    • Donde será útil la selección previa, que comentábamos antes.
    • Contar con tiempo suficiente, para estructurarlos y analizarlos.
    • Disponer de personas, que sean capaces de convertir los datos en conocimiento.
  • Finalmente, no integrar estas herramientas en la estrategia global. Desatendiendo los cambios organizativos y culturales que implica.

Fijaros que de entre todos los puntos relacionados previamente, estos dos últimos los podemos destacar por:

  • Sentenciar la calidad del conocimiento, como resultado de los datos obtenidos. No hablamos aquí sólo, del conocimiento de mercado, sino del que propiamente se crea en la empresa.
  • Por el alcance y aplicación, que tendrá dicho conocimiento, que seguramente será, poco o nulo.

Al final, el resultado es, la baja satisfacción de las empresas respecto a la adopción de Big Data, como ya lo fueran soluciones de CRM, que no fueron bien llevadas a la práctica, por parte de muchas empresas. En cualquier caso, aquellas que si lo hicieron correctamente, están encontrando, en dichas herramientas, un valor sin precedentes, tanto para su adaptación al nuevo mercado, como para ver dentro de aquel, nuevas palancas de crecimiento. Ya que el nuevo escenario no sólo obliga a cambios, sino que favorece, con cierta creatividad, la aparición de nuevas oportunidades.

Así pues, las empresas que pretendan reducir margen de error, en la integración de herramientas para su organización de Big Data, deberán tener en cuenta, que el nuevo modelo deberá contar con 4 variables:

  • Variables organizativas. Estructura, procesos y alineación estratégica se presentan como fundamentales a la hora de determinar el éxito. Donde el liderazgo ejercido por la dirección, jugará un papel determinante.
  • Variables tecnológicas. Soluciones alienadas con nuestras necesidades y capaces de integrarse con facilidad con el resto de nuestros sistemas.
  • Gestión del conocimiento. Selección de datos, convenientemente estructurados y analizados por profesionales. Conocimiento que deberá ayudar a la dirección de la empresa a tomar decisiones.
  • Orientación al cliente. Estudio de su entorno y patrón de comportamiento.

La realidad es que hacerlo bien, no resulta especialmente difícil. Personalmente, considero que el problema fundamental, es que las empresas todavía no han puesto el foco sobre el cliente, todavía no se han dado cuenta que es el cliente, el que dice, qué, cuándo y cómo, y que además, cambia y modifica sus necesidades y gustos, a una velocidad, que hasta ahora era impensable. Lo que debería llevar a dotarlas, de herramientas y profesionales, estos últimos, cada vez con mayor capacidad de decisión, con la habilidad y capacidad de resolver, de forma ágil y eficiente, todas las incertidumbres que genera el nuevo entorno económico y social.

Pero la realidad es que a muchas de estas compañías, el nuevo entorno, les ha pillado a contrapié, otras todavía no lo han visto venir, y tardarán mucho en hacerlo, incluso es posible que no lo vean nunca, lo que a todas luces, resulta muy preocupante para nuestras empresas.