Cuando estoy en clase de negocio B2B, en contexto de e-business intentando explicar las diferencias entre negocios de tipo B2C y B2B, me gusta recurrir, (cuando hablo de la demanda y de sus características básicas: derivada, variable y limitada) a una línea de tiempo basada en la industria aeronáutica que va de 2001 hasta 2007. Lo hago debido a la cantidad de cambios que sufre dicha industria en un tiempo tan reducido.
A modo de resumen:
- Ataques terroristas 11 de septiembre, lo que lleva a una reducción de la venta operativa y disminución de los viajes.
- Aumento del precio del crudo, cuya consecuencia se plasma en pérdidas para el sector del 40-50%
- Aparición de las compañías de bajo coste, lo que supone un escenario de batalla de precios
- Aumento de los costes regulados, se ve reflejado en aparición de nuevas tasas.
- Cambios en los hábitos de los consumidores, consecuencia: democratización del transporte aéreo, compra de billetes por internet.
- Liberalización del sector lleva a un aumento de la competencia.
- Mejoras en transportes alternativos, trenes alta velociad, lo que conlleva de nuevo una reducción venta operativa y disminución de los viajes.
Estos son los retos a los que se tiene que enfrentar un negocio como el aeronáutico en tan solo 7 años.
En otro artículo previo, hablaba de un informe, el “Informe Pentagrowth”, en el cual se traslada a cada una de las evoluciones tecnológicas,(relacionadas con sus periodos generacionales) la responsabilidad de haberse convertido en efectos aceleradores del entorno, modificadores del comportamiento del usuario, y por tanto, principales responsables de los cambios y variaciones a las que han sido y son sometidos los mercados. Como consecuencia y en relación a estos, las transformaciones de negocios y empresas.
Hay un factor condicionador que evoluciona y que se repite en cada una de las generaciones, “la velocidad”. Y es que el entorno actual, cambia a una velocidad tan apasionante, que pocas empresas, bien por desconocimiento, bien por cultura o por tamaño, son capaces de mantener su ritmo . De hecho, todo lo que tiene que ver con el mundo digital, cambia a una velocidad tan vertiginosa, que a veces no permite dudar, valga el ejemplo de las criptomonedas. Si vamos al caso concreto del bitcoin, cuyo valor a principios de 2017 era poco más de 1000 dolares, siendo ahora, cuando apenas queda menos de un mes para acabar el año, cercano a los 11.000€.
Así pues, en términos puramente de negocios, la monitorización global de los mercados y constante observación de los cambios, así como de los detonadores que los estimulan y los impulsan, nunca antes, fueron tan relevantes.
Por centrar la atención en temas concretos, hace apenas unos días hubo huelga de taxistas en España. El gremio del taxi es un ejemplo claro de lo que trae la tecnología, oportunidades a través de apps como Hailo, Mytaxi, Hi-taxy entre otras, pero también retos, cuando la tecnología supone el principal canal de empresas como Uber o Cabify, nativas digitales. Si dejamos de lado el tema impositivo de la actividad, e intentamos evadirnos de las distintas condiciones en las que pueden ejercer cada una los conductores que representan las distintas empresas, gremios, por ir al centro del problema… ¿Cuánta gente piensa realmente que el usuario, elige uno u otro servicio, solo por un tema de precio? Si fuera así, reduciríamos, y mucho, la competencia de la mayoría de los mercados, ¿dónde queda entonces el valor único de un producto o de un servicio? La siguiente pregunta que me hago es, ¿qué hará el gremio del taxi, cuando empiecen a circular coches sin conductor, para ejercer el mismo servicio que ellos han venido realizando hasta ahora? Uber ya ha hecho pruebas, y Waymo en noviembre de este año anunciaba su propio servicio de taxis. Sin embargo, hasta ahora, todos los esfuerzos de los profesionales del taxi se han centrado en movilizaciones y huelgas, y apenas se ha visto nada en innovación o mejora del servicio.
En 2014, el transporte público de Montreal, estaba ya usando una app que no solo notificaba a sus usuarios de estaciones cerradas o problemas en cada una de las líneas, sino también les hacia llegar ofertas promocionales de los negocios que se encontraban en sus rutas, a través de un sistema sencillo de geolocalización. Resultado, el uso del transporte aumentó un 40% desde que se inició este servicio.
Me centro ahora en algo que en los últimos años me toca más de cerca. En cambios y aspectos condicionantes del entorno, que están modificando y de que manera la situación actual. Durante 2017, son bastantes las noticias que se han hecho eco, de la importante reducción del número de clientes que visitan las cadenas de restauración de EEUU. Algunos medios versan el problema en algunas debilidades que pueden mostrar estas en cuanto a servicio e higiene, pero otros muchos, centran el problema en un cambio de hábitos de los usuarios y lo relacionan al especial comportamiento que tienen los nuevos perfiles demográficos, focalizando en los milennials.
«Millennial consumers are more attracted than their elders to cooking at home, ordering delivery from restaurants, and eating quickly, in fast-casual or quick-serve restaurants,» publicaba el 3 de Junio Business Insider.
Leyendo esto parece que los millenials actuan de una manera caprichosa, particularmente estoy convencido de que es el usuario el que está cambiando las reglas de juego, con sus decisiones y aceptaciones, sin embargo, no creo que sus decisiones sean completamente libres ya que muchas veces se originan como resultado de un escenario heredado.
En cualquier caso, ¿cuáles son algunos de estos aspectos, aceptados, que están cambiando notablemente el mundo de la restauración?
1.- Cambios en la preferencia de alojamientos. Actualmente y acompañado por empresas incipientes en el sector turismo, como AirBnB, la fotografía del mercado ha cambiado. En un entorno “colaborativo”, los usuarios utilizan con mayor asiduidad apartamentos, casas compartidas o intercambio de las mismas (Love Home Swap), soluciones que les permite reducir costes directos pero también indirectos. Entre estos costes indirectos, se encuentran aquellos vinculados con la alimentación.
2.- Aparición de alternativas reales. AirBnb, EatWith, VizEat, Colunching o compartoplato entre otros, son plataformas que ofrecen experiencias, redes sociales, que ponen en contacto a personas para compartir plato en casas privadas. En la mayoría de los casos se propone algo más que una mesa y un plato, se trata de acompañarlo de experiencias, actividades asociadas, de intercambio cultural, pero también de idiomas, todo condensado en un trato personalizado.
3.- Profesionalización del servicio de comida a domicilio. En muy corto espacio de tiempo, grupos como Global Online Takeaway, dominan a nivel global el sector, y empresas como Just Eat, desde su creación en 2001, no ha parado de crecer. El mercado se muestra tan interesante que no paran de salir actores que pretenden posicionarse en él, Ubereats, Glovo o Deliveroo, son algunos de los muchos ejemplos, si solo nos centramos en territorio español. Lo más interesante es que con este cambio de habito y uso, es decir, decidir tomar comida preparada de un restaurante en casa vs salir a hacerlo fuera en el propio establecimiento, ha provocado también cambios en los productos que un establecimiento vende. Donde postres y bebidas sin duda son los grandes damnificados en estos pedidos, que de otra manera tan importantes son para el negocio de la restauración.
Atendiendo a esto último, dos notas a tener en cuenta:
- En un informe de ISDI de Abril de 2017, señalaba que el ticket medio de los pedidos a domicilio se situa en 22 euros, mientras que el ticket medio de una reserva en restaurante es de 42.
- Si atendemos al informe «Gastró Metro» de 2016 de Just Eat, en solo tres meses, se venden tantas pizzas como cervezas ha vendido Just Eat, desde el inicio de su actividad.
No es por tanto solo un replanteamiento para la restauración directamente, sino también para los que participan en su cadena de suministro.
«El problema no es que estemos en constante cambio, sino la velocidad a la que cambiamos, internet ha conseguido acelerar todos los procesos de manera que la realidad para individuos de una misma sociedad pueda ser muy distinta. Mientras algunos siguen pensando que internet es una moda pasajera, otros pagan con criptomonedas las carreras de los taxis.»