Son datos más que interesantes los que arroja el estudio publicado recientemente por Capgemini Consulting “The digital Culture Challenge: Closing the Employee-Leadership Gap.
Muchas son las conclusiones que podemos obtener, siempre deberemos hacerlo con cierto juicio y criterio, pero en cualquier caso, son datos, que no hace más que confirmar lo que muchos venimos diciendo, ya hace tiempo.
1.- La distancia que existe entre la percepción de la dirección de una empresa y sus empleados con respecto a la cultura de la compañía (hablo en general, no solo de la cultura digital).
2.- La penetración, asimilación e impacto que suponen las nuevas TICs en la cultura empresarial.
Resultado de:
- Falta de comunicación vertical, entre los diferentes niveles de una organización.
- Formación inexistente o deficitaria de la gente que forma parte de la organización
- Escasa involucración de nuestra gente en procesos que les son propios.
3.- La desventaja con la que parte en un mundo cada vez más global, las empresas españolas, respecto al estadio en el que se encuentra su proceso de transformación digital, siendo especialmente sensible, como esto impacta en la cultura de las mismas.
Este punto es realmente preocupante, mientras países como UK, cuenta con unos datos de percepción de cultura digital en sus empresas, 63% (directivos), 53% (mandos intermedios, empleados), España, para la misma muestra, obtiene unos resultados del 5% y 0% respectivamente.
De nuevo, planteo una revisión de lo que están haciendo nuestras empresas, cuyo principal problema, es no contar con unos líderes con una preparación acorde con lo que el mercado actual viene reclamando. Aquellas empresas que cuenten con líderes con un bagaje y una orientación plenamente digital, tienen mucho ganado. En cualquier caso, el problema es mucho más complejo, participan de él RRHH, la orientación digital de los nuevos perfiles a contratar, su libertad para actuar, cuyo rol, debe ser participar del cambio, y no el de seguir haciendo lo mismo.
Y como somos el país del “Mal de muchos, consuelo de tontos”, estos datos, no nos plantean problema alguno, al final todos estamos en el mismo punto de partida. Lo cierto, es que esto no es verdad, ya que no debemos olvidarnos, muchos todavía no lo han hecho, de que no competimos en un escenario cerrado, éste está globalizado y con competidores, que ya se han transformado o que se encuentran en continuo proceso de cambio. Esto, al final supone, una ventaja competitiva difícil de recuperar.
Cuando la gente compra a través de Amazon, no se para a pensar en el origen de la empresa, ni donde se encuentra su central. Tampoco les interesa si el producto es gestionado a través del propio Amazon o si simplemente actúa como mediador, pero si les preocupa el producto, su precio, y su tiempo estimado de entrega. Y de las variables comentadas, precio y tiempo de entrega, ambas son, sensibles de ser alteradas y modificadas a través de la integración de esta nueva cultura digital y el estadio en el que se encuentra la empresa inmersa.
Y el problema es más profundo de lo que parece, ya que no se trata de ser capaces de competir en dar agilidad y eficiencia al penúltimo eslabón de nuestra cadena de valor, haciendo eficiente y ágil el desempeño logístico de nuestra empresa, sino que va más allá, y se inicia en el origen mismo de la aplicación de las primeras TICs en nuestra empresa.
Me valgo del mismo estudio, para sustentar mis palabras.
Parece sorprendente, pero no lo es, la distancia que existe entre la percepción que tiene los directivos con un 85% y los empleados con un 41%, cuando hablamos del uso de las TICs para intercomunicar departamentos y unidades de negocio.
Si todavía no hemos sido capaces de:
- Interconectar departamentos convenientemente
- Centralizar información de valor y dar acceso a todos los departamentos a ella.
- O simplemente conectar con el resto de nuestros socios, proveedores y clientes, a la hora de compartir información o llevar a cabo actividades comerciales.
¡Tenemos un problema!
El otro día me pasaban un artículo que era publicado en EL INDEPENDIENTE: ¿Y si Amazon compra Mercadona?
¿Y porque no? Ya comenté en su momento que DIA, había sido el alumno avanzado en la carrera el e-food business en España. Al final se trata de ser consciente de nuestro know how, y como somos capaces de desenvolvernos hacia aquello que desconocemos, o que por lo menos no nos es propio respecto a la naturaleza de nuestro negocio.
Mercadona es consciente de que si demora mucho su proyecto “Mercadona Tech” puede estar perdiendo una gran oportunidad. Deberá medir su capacidad para aglutinar talento, conciliar empresarialmente hablando, inmersión y transformación de su cultura digital, gestionar su posicionamiento en el canal, y todo ello, salpicado como no podía ser de otra forma, por un margen de error que en un camino tan complejo y de naturaleza tan ajena, a todos se nos presupondría, y a Mercadona, como no podía ser de otra forma, también.
Al final, Mercadona, es un ejemplo más de los que el estudio de Capgemini recoge sobre la adaptación de las compañías a la nueva cultura digital.
Hay una frase de Enrique Dans que suscribo en este artículo y que describe perfectamente la actitud que deben tener las empresas actuales para continuar siendo competitivas:
«Las empresa tienen que ser agresivas en innovación. Tanto, que parezca que dañan su propio modelo.»